Desde su lecho de sufrimiento, Alexandrina Maria da Costa vivió una profunda unión con Cristo, ofreciéndose como víctima por la conversión de las almas. Paralizada desde los 21 años, aceptó su dolor como una vocación, y convirtió su habitación en un verdadero santuario de intercesión. Cada
Autor: Redacción
Consejos para una llevar una vida Cristiana
Llevar una vida Cristiana que agrade a Nuestro Creador y a Nuestra Madre, no es difícil, y menos aburrida, como muchos pueden creer. Sin embargo, necesita dedicación. No basta con…
Los beneficios de la oración
“Más que nada, la oración te permite echar un vistazo a tu interior y alinearlo con el corazón de Dios. La oración no es un monólogo en el cual nos…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…


















