Autor: redaccioninfovaticana
Un colega mío, al que respeto mucho, acaba de enviarme un artículo de la revista America, una publicación jesuita por la que siento muy poco respeto. «Léelo y llora», me aconseja. Esto es lo que he hecho obedientemente, junto con una buena cantidad de furia, por la que puede que tenga que confesarme.
El título del artículo, que llega tras la decisión del arzobispo Cordileone de prohibir la eucaristía a Nancy Pelosi, lo dice todo: «I Don’t Think We Should Be Banning Anyone from the Eucharist» [«No creo que debamos prohibir a nadie la eucaristía»].
¿De verdad? ¿No hay límites en absoluto? ¿Y los no bautizados? ¿Son libres de recibirla? ¿Y los satanistas? ¿Debemos extender la etiqueta eucarística a los enemigos declarados de Dios? ¿Gente que, según admiten, se presenta regularmente en las colas de la comunión para obtener hostias para profanar en las misas…