Autor: ReL
Sarah Ashman es la viva imagen de una vida interreligiosa. Hija de una madre judía estadounidense y de un padre musulmán y egipcio, tuvo una infancia alejada, en un principio, de toda práctica religiosa.
Pese a que los padres de Sarah no eran tampoco especialmente religiosa, parecía que su madre tenía todas las de ganar cuando su marido le aseguró que los hijos que tuviesen podrían ser educados en el judaísmo. Sin embargo, sucedió lo contrario.
Sarah detalla a la revista católica Content Evangelist, «un viaje a Egipto lo cambió todo«.
«Recuerdo quedarme con mi tía mientras mis padres iban a la mezquita. Mi madre se `convirtió´ -comillas incluidas- al islam, por lo que técnicamente, al ser mis padres musulmanes, yo también lo era», explica.
«Islam de cafetería»… pero con presiones
Cuando regresaron a su hogar en Connecticut (Estados Unidos), observó cómo sus padres practicaban…