Entre las ideas enloquecidas que pululan por nuestro desquiciado mundo, una francamente peligrosa es la de las peticiones para que se paguen indemnizaciones colectivas por acciones cometidas hace varios siglos. Por ejemplo, por la esclavitud.
Me imagino que no hace falta que subraye mi rechazo a la esclavitud, a rebajar a un ser humano a la categoría de objeto. Pero cuando hay quien declara que determinado país occidental debería pagar una millonada en indemnización por haberse lucrado de la esclavitud, no puedo evitar ciertas reflexiones.
Autor: Jorge Soley
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos



















