Recuerdo que, cuando era estudiante, estaba un día en casa de mis padres preparando un examen de ovinotecnia, cuando un querido amigo llegó de visita.
Cuando le dije qué materia estaba estudiando, me dijo: “¿Ovinos? Pregúntame lo que quieras. Yo sé todo”. Su padre tenía campo, y él iba con frecuencia a trabajar a la estancia familiar. Sin embargo, no me costó mucho dejarlo en blanco…
“¿No era que sabías todo?”, le pregunté. Su respuesta fue: “¡Es que yo sé todo! Lo que pasa es que a veces no me acuerdo”.
Por supuesto que todo este intercambio con mi amigo fue «en plan broma”. Él era perfectamente consciente de que no sabía todo. Pero la anécdota viene al caso, porque hay personas que, si bien pueden llegar a admitir que no lo saben todo, con frecuencia tienden a pensar que saben lo suficiente. Y a eso, en mi tierra, se le llama soberbia.
El…
Autor: Álvaro Fernández Texeira Nunes
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