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REDACCIÓN CENTRAL, 03 Jul. 22 (ACI Prensa).-
Cada 3 julio la Iglesia Católica celebra la Fiesta de Santo Tomás Apóstol, el sencillo pescador de Galilea a quien Jesús llamó para ser su discípulo. A él le debemos aquellas hermosas palabras que repetimos en misa frente a Dios Eucaristía: “Señor Mío y Dios Mío”; las que constituyen una auténtica profesión de fe. Tomás las pronunció ocho días después de que Jesús resucitó, cuando Jesús se apareció nuevamente a sus discípulos y lo invitó a meter su dedo en la llaga de su costado.
El Evangelio de San Juan da cuenta de la incredulidad de Santo Tomás ante lo testimoniado por los discípulos: "Hemos visto al Señor". Tomás dijo: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.
Entonces, “… se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y…