El Señor en sus enseñanzas nos transmite que quiere un “algo más” por lo que Él nos ha dado al nacer y en función de la “cantidad y calidad” de esa donación. No sólo pide lo que nos ha dado. Y esto lo pide en el sentido total del ser humano, es decir material y espiritualmente. Tenemos que rendir lo suficiente para dejarlo “satisfecho”, y en función de ello nos premiará con el cielo. Como ejemplo, podemos mencionar lo que se menciona en la parábola de los talentos en el Evangelio de San Mateo 25,14-30. En ella se dice -lo resumo brevemente- que el dueño de la finca entregaba cinco talentos a un servidor, dos a otro y uno a un tercero. Al terminar el tiempo previsto el dueño premió a los que les había dado cinco y dos talentos, porque le habían devuelto el doble de lo que les había dado, mientras que castigó al que le había dado un talento, porque sólo…
Autor: José Ignacio Fernández
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