Recientemente escuché a un periodista definir este movimiento juvenil religioso como una puesta en práctica de la “teología de la parranda, de la fiesta, del ‘disfruta’, un ir de birras con Dios, aunque también se le lleva a la universidad, al trabajo, a la música o a cualquier lugar». Quizá no sea una definición muy convencional, pero creo que se aproxima a la realidad.
Este periodista, en un reportaje sobre la religiosidad de la generación Z, definía la Hora Santa como un momento de comunión grupal, en el que las energías de sus participantes se ven renovadas por su adoración a Dios.
Palabras llamativas, pero si repasamos la primera Hora Santa, aquella protagonizada por Jesús en Getsemaní, no parecen tan desafortunadas. Velad conmigo, acompañadme, estad en comunión, conmigo y entre vosotros. Y esa doliente súplica filial, “Abba, Padre”, ¿no es una…
Autor: José F. Vaquero
Impresionantes evidencias de la presencia de Dios en el vino y el pan
Desde hace muchos años han ocurrido manifestaciones de Dios en el momento de la eucaristía. Se han desencadenado una serie de fenómenos, en diversos países de todo el mundo que…
El mundo necesita discípulos católicos contraculturales
¿Qué hay de ti y de mí? ¿Has muerto al pecado? ¿Vives para Dios? ¿Persigues la santidad? ¿Estás rezando íntimamente todos los días? ¿Proclamas el Evangelio? Estas son algunas de…
Los beneficios de la oración
“Más que nada, la oración te permite echar un vistazo a tu interior y alinearlo con el corazón de Dios. La oración no es un monólogo en el cual nos…