Esta noche celebramos la resurrección de Cristo, Dios y hombre verdadero. Debería ser el momento más venerado por nosotros y también, el momento en que abriéramos nuestro ser a la Gracia de Dios. Tal vez nos atrevamos a preguntarnos la razón por la que casi no damos importancia a la resurrección del Señor. ¿Qué es lo que nos pasa? Recordemos cuando Cristo curó a diez leprosos y sólo uno volvió para agradecer el milagro (Lc 17,11–19). El que regresó no era judío sino samaritano. Cuando la fe se hace cultura, aparecen muchas ventajas humanas. Pero, al mismo tiempo, se pierde el sentido trascendente de la Buena Noticia. ¿Cómo vamos a evangelizar si no damos importancia a lo que nos conduce más allá de lo cotidiano? Cristo, con frecuencia deja de ser Signo, para convertirse en herramienta.
Autor: Néstor Mora Núñez
Profecías de al Virgen que se están cumpliendo ahora
Muchos años atrás Nuestra Señora del Buen Suceso describió las catastróficas profecías sobre los siglos XIX y XX, profecías que hoy se están cumpliendo con exactitud. Cuando se dice que…
Articulo Juan Manuel de Prada ‘Un Poco de Paciencia’
Terminábamos nuestro artículo anterior con una observación muy atinada de Concepción Arenal, que nos alertaba sobre los males más pavorosos, que no son los que «las leyes condenan y la…
Misericordia de Dios: Nunca se cansa de perdonarnos
La misericordia de Dios se manifiesta de diversas formas, ya sea a través del apoyo y la consolación de otras personas, del sacramento de la confesión que nos permite liberarnos…



















