Las familias que florecen son aquellas que, casi sin darse cuenta, van llenando su casa de libros. No se trata únicamente de objetos de papel y tinta, sino de ventanas abiertas, de horizontes desplegados en la sala de estar, de herencias silenciosas que vienen de los abuelos y se transmiten a los nietos. Una casa sin libros puede parecer una caja en la que se sobrevive, pero una casa rebosante de libros es un hogar que acoge, que invita a mirar de cerca la vida, a contemplar su misterio en todas sus dimensiones.
Autor: Ignasi de Bofarull
Los beneficios de la oración
“Más que nada, la oración te permite echar un vistazo a tu interior y alinearlo con el corazón de Dios. La oración no es un monólogo en el cual nos…
Impresionantes evidencias de la presencia de Dios en el vino y el pan
Desde hace muchos años han ocurrido manifestaciones de Dios en el momento de la eucaristía. Se han desencadenado una serie de fenómenos, en diversos países de todo el mundo que…
La ciencia confirma el tipo de sangre que se encuentra en hostias investigadas en milagros eucarísticos
La ciencia lo confirma: se encuentra la misma sangre tipo AB en hostias investigadas en milagros eucarísticos acaecidos en diversos



















