Nadie negaría que Fabrice Hadjadj se ha convertido en un autor best seller. Desde hace mucho tiempo sus libros, no infrecuentes, llenan las estanterías de quien quiere estar al día en esto de la cultura católica, no solo del pensamiento o de la espiritualidad. No recuerdo, por tanto, cuántos libros de Hadjadj he leído en los últimos años. Varios, sin duda.
Esta situación hizo que, inicialmente, fuera reticente a un nuevo libro de Hadjadj. Tengo que confesar que, aunque su publicación al final del año de san José era oportuna, había dos factores que, por otra parte, me invitaban a meterme en él. El primero, la paternidad, que es un ejercicio en constante resolución. Y, en segundo, san José, a quien profeso una devoción particular por razones múltiples, ligadas ciertamente al ejercicio de mi ser padre.
En ésas estaba cuando Carmen Giussani me regaló un pequeño librito, editado primorosamente por Bookman, en el que se publicaba la entrevista que Rafael Gerez Kraemer le hizo a Hadjadj con motivo del EncuentroMadrid 2021.
Una familia judía en su cultura
Fue en esa sesión propedéutica de Hadjadj en la que descubrí un nuevo Hadjadj. Y que apliqué a la lectura del libro que nos ocupa. Es decir, me permitió leer de forma distinta “Ser padre con san José”, y desentrañar no solo el juego al que Hadjadj siempre tienta a sus lectores.
Partamos de una referencia biográfica de nuestro invitado sobre sus raíces familiares. “Entonces, -escribe Hadjadj- he aquí una familia judía en su cultura, pero no en su piedad; una familia también socialista en su enfoque político; un padre con mis composiciones literarias; y esta experiencia personal del ser, que se me quedó grabada”.
Entender qué es la literatura para Hadjadj significa tener la posibilidad de leer sus libros con nuevos anteojos. “Para mí, -señala- la escritura nunca ha sido un mero medio de comunicación, sino el lugar del trabajo de la forma, de la belleza de las cosas. Cuando escribo, siempre escucho la musicalidad de la frase, siempre trabajo los ritmos, los silencios”.
Familia numerosa
San José le da mucho juego a Hadjadj. No lo dude. Como su experiencia de padre de familia numerosa. Y le da mucho juego, en las claves de la forma de la hermenéutica que presenta autor, para hacernos entender que existe la esperanza de que hay un mañana, y puede haber un mañana, por el hecho de que tenemos hijos, por una razón que es una locura desesperante.
Este ser y sentirnos padres con san José no habla solo de san José, lógicamente. Habla de Jesús y de María, y, como no podía ser menos, de la mujer, de la casa, del relato básico del cristianismo y de las claves de la supervivencia de la paternidad y de la fe, al fin y al cabo.
Si el hijo siempre es fruto de una historia, la de un hombre y una mujer, es también fruto de la historia de las relaciones entre Dios y la humanidad. San José no es un mediador, es una propuesta plena de sentido de la paternidad. “Nadie es más radicalmente padre que san José”. Ahí queda eso. Nosotros somos padres gracias a las fuerzas de la naturaleza, dice nuestro autor, “mientras que José es padre gracias al creador de las fuerzas de la naturaleza”.
Tenemos hijos porque existe la esperanza teologal, porque este mundo es para el reino de Dios.
Lo decía Charles Péguy, uno de los referentes de este libro: “Los hombres casados, los padres de familia, esos grandes aventureros del mundo moderno”.
Ser padre con san José
Fabrice Hadjadj
Rialp