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Moscú – «Cuando predicaba, San Antonio quería compartir con los demás su fe en Cristo no a golpes de martillo, sino con paz y bien. San Pablo decía: ‘No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal a fuerza de bien’. Esto es cierto en todos los ámbitos de la vida. Se aplica a las luchas interiores: no te dejes vencer por la humillación que recibes, por tus malas emociones, sino supéralas con el bien. Se aplica en cada uno de nosotros y en nuestras relaciones con los demás: que gane el bien en todo. No dejemos que el odio gane en nuestros corazones y nos haga vivir según su lógica. No tenemos poder sobre nuestras emociones: en sí mismas no constituyen un pecado, pero somos responsables de las acciones que se derivan de ellas, de cómo nos comportamos. Podemos estar condicionados por sentimientos y deseos negativos, pero es importante superarlos con el bien.
Así…