Podría resultar un auténtico despropósito plantearse esta cuestión, cuando toda vida es única, y puede en general abarcar intensidades muy dispares y ser, desde muy atareada con graves responsabilidades, a todo lo contrario, sencilla y aparentemente fútil; aunque en realidad todo ese abanico de posibilidades puede converger, si se quiere, en un solo propósito: darle un sentido a todo lo que uno hace. A veces las tribulaciones te llevan a una encrucijada en la que tu vida se desnuda completamente de todo lo que antes tenía un lugar de acuerdo a una jerarquía de valores, que de repente se desmorona en su mayor parte, por la cantidad de menudencias con las que has ido llenando tu tiempo. El mundo absorbe, te envuelve, y cuanto más pudiente es ese mundo, más cosas, más intereses, más preocupaciones… y más difícil es conservar ese propósito.
Chesterton es un ejemplo de…
Autor: Marta Pérez-Cameselle
Impresionantes evidencias de la presencia de Dios en el vino y el pan
Desde hace muchos años han ocurrido manifestaciones de Dios en el momento de la eucaristía. Se han desencadenado una serie de fenómenos, en diversos países de todo el mundo que…
La Nueva Era, una secta de cuidado
El reiki y la Nueva Era (New Age), se han extendido cada vez más por la sociedad buscando el bienestar físico y mental que producen. Conoce todos los detalles y…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …