Sofía Puente Hernández, de 24 años, lleva cuatro años como una de las agustinas del Monasterio de la Conversión. Se educó en una familia que no era practicante ni interesada en la fe.
Fue a la JMJ de Cracovia sin saber casi nada de la fe y luego aprendió a encontrar a Dios en la enfermedad y a entregarse a Él. Contó a ReL su historia fe y vocación estando en el Observatorio de lo Invisible, un encuentro de seis días de arte y espiritualidad.
Sin fe apenas en casa, dependía del colegio
«Mi familia no tenía una fe activa, sólo algo de tradición católica. Si iba a una escuela con religión, había fe en mi vida. Si no, no. Me bautizaron con 6 años porque mis padres querían que fuéramos algo conscientes del acto. En secundaria no tuve relación ninguna con la fe, pero en el bachillerato ya sí», recuerda.
Fue en esa época cuando «un hermano de una congregación…
Autor: Pablo J. Ginés
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
Jacinta Marto, la pastorcita que nos enseña el valor del sacrificio
El 20 de febrero se cumplió el centésimo aniversario de la muerte de Santa Jacinta Marto, la pastorcilla de Fátima fallecida en Lisboa con sólo diez años. Todos conocemos la …
7 pasos para una parroquia: de tener «consumidores de sacramentos» a multiplicar los discípulos
«Id y bautizad y haced discípulos», pedía Jesús. Las parroquias, bautizar, bautizan. Bautizan a cualquier bebé que les lleven. Pero ¿hacen discípulos? Un discípulo es alguien que tiene una relación…