Autor: Cuestión de vida
Nuestra Elenita era pequeña, pequeña de tamaño y pequeña porque nunca hizo cosas grandes ni especialmente llamativas y excepcionales, por lo menos a criterio del mundo, pero era como Teresita de Lisieux, hizo de manera excepcional las cosas pequeñas y siguió el pequeño caminito de la infancia espiritual que es un atajo al Cielo.
A mi siempre me llamo la atención especialmente los detalles que tenia con todo el mundo, desde organizar una fiesta de cumpleaños sorpresa, acordarse de todos, preguntar por todos los enfermos a ver como se encontraban, irse a comprar un regalo a la otra punta de Madrid para hacer feliz a alguien, mover curriculum de la gente que se había quedado en paro para ayudarle a encontrar empleo, invitar a la gente que veía mas sola a integrarse en el grupo, ofrecerse voluntaria a ayudar siempre, y por supuesto rezar por todos y cada una de las muchísimas personas…