El Presidente electo de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, que fue bautizado en la fe católica con el nombre de Ambrose, antiguo candidato a fiscal general del Partido conservador del Poder Popular (PPP), fue elegido presidente en las elecciones del 8 de marzo de 2022, con cerca del 77% de los 44 millones de votantes de Corea.
Tras su elección, el arzobispo de Seúl, Mons. Peter Chung Soon-Taick se reunió con Yoon Suk-yeol (también católico como el anterior presidente coreano Moon Jae-In) y con otros diputados católicos coreanos, y le pidió que mantuviera sus promesas para restablecer «la justicia con una política de unidad y no de división”.
Visita de un comedor social
Tras la reunión y la conversación, el Presidente Yoon visitó el comedor social “Myeongdong Babjib”, inaugurado por el Cardenal Andrew Yeom en enero de 2021, y, en un gesto de voluntariado y servicio a los pobres, ha querido servir comidas a los sin techo.
El arzobispo Chung había pedido a Yoon que “escuchara más profundamente las voces de los pobres y necesitados” cuando se reunieron por primera vez el pasado febrero.
Para cumplir su promesa, Yoon ha visitado «Myeongdong Babjib», un comedor de beneficencia dirigido por el «One Body One Spirit Movement», y situado justo al lado de la catedral de Myeongdong.
El centro ofrece comidas gratuitas a las personas sin hogar todos los miércoles, viernes y domingos, y a él acuden unas 1.500 personas sin hogar cada semana.
Santa Misa con diputados católicos
Según ha informado a la Agencia Fides la Oficina de Comunicaciones de la Archidiócesis de Seúl, en la mañana del mismo día, el Arzobispo Chung ha visitado la Asamblea Nacional de la República de Corea y presidido una Santa Misa para el grupo de diputados católicos presentes, en los diferentes partidos, dentro de la Asamblea Nacional.
En la celebración, el arzobispo Chung ha subrayado que «para un cristiano, la voluntad de Dios debe tener prioridad sobre cualquier norma de los partidos políticos», recordando que «tenemos que reflexionar sobre nuestra política y ver si está plenamente impregnada de la voluntad de Dios».