Autor: Juan Manuel de Prada
El culebrón protagonizado por Mónica Oltra no es más que una maniobra de distracción. Detrás de este banal episodio, lanzado para estimular la demogresca, se esconde la institucionalización de un crimen nefando. Los ‘centros de menores’, como las escuelas, se han convertido en corruptorios oficiales donde los depravados pueden realizar impunemente sus anhelos más perversos.
Y todo esto está ocurriendo con la alegre indiferencia de una sociedad enferma que ha decidido entregar sus hijos a una chusma que envilece su inocencia, que les arrebata todo vestigio de pudor, que desnaturaliza su sexualidad balbuciente, que los ‘libera’ de todo tipo de inhibiciones, para poder profanarlos más fácilmente.
¿Cómo puede explicarse este bestial odio a la infancia? La explicación teológica que nos brinda el Génesis (la «eterna enemistad» que los hijos del demonio profesan a la descendencia de la…