Cuando asola una descomposición social aguda, lo más grave no es que alguien no sea profeta en su tierra, peor aún es que una tierra no escuche a sus profetas. Tarde o temprano, serán profetas en tierra quemada. No obstante, si un profeta goza del don de la ubicuidad y la fama le precede tendrá la oportunidad de ser escuchado aunque para ese entonces su pueblo ya esté hecho jirones.
En una homilía veraniega idónea para desperezar el alma, decía el presbítero que lo que resalta a los santos (y por extensión se podría decir lo mismo de los profetas) es tener el honor de ser incómodos para los hombres de su tiempo, en referencia a aquellos que han acolchado en sus vidas las consignas temporales y que, arrastrados por la molicie, se han doblegado gustosamente ante los demonios de su época, marginando cínicamente la conciencia. Hombres necesitados del flagelo literario del…
Autor: Eduardo Gómez
La Iglesia al fin de los tiempos
Artículo realizado por el Padre Emmanuel André X. El Advenimiento del Juez Supremo Vano es intentar precisar la hora en que tendrá lugar el segundo advenimiento de Nuestro Señor,siendo como es…
Profecías de al Virgen que se están cumpliendo ahora
Muchos años atrás Nuestra Señora del Buen Suceso describió las catastróficas profecías sobre los siglos XIX y XX, profecías que hoy se están cumpliendo con exactitud. Cuando se dice que…
¿Cómo ayudar a las Almas de tu familia en el Purgatorio a llegar al Cielo?
“No basta ser santo ante los hombres, sino que hay que serlo delante de Dios. ¡Recen por mí!”. Palabras impactantes del Monseñor Marengo, Obispo de Carrara, a una religiosa de María Auxiliadora…