Autor: Javier Lozano
De proteger al Papa a servir y defender a la Iglesia. Este es el camino realizado por el joven Didier Grandjean, de 32 años, que cambió su trabajo como suboficial de la Guardia Suiza por la vocación al sacerdocio en el seminario de Friburgo.
“Sirviendo a Benedicto y a Francisco me cuestioné sobre el sentido de la vida, hasta que entendí lo que Él quería de mí”, confiesa este exsoldado que entró a formar parte de la guardia personal del Papa en 2011 y que ingresó en el seminario el 1 de septiembre de 2019.
Para ser guardia suizo existen varios requisitos que Didier cumplía. Se necesita ser hombre, católico, tener la ciudadanía suiza, ser menor de 30 años, medir al menos 1,74 metros y tener una reputación irreprensible.
Este joven cumplía todo esto y tenía el deseo de servir a la Iglesia protegiendo al Romano Pontífice. En una reciente entrevista en Famiglia Cristiana explica cómo…