No es la primera vez que escribo sobre él y sé que no será la última, ya que su persona me admira y su personaje me asombra. Ponerle el atributo de “personaje” desmerece a la grandeza de su misión, disfrutada y sufrida en horas de reconocimiento social y aplauso, así como en tiempos de perfil bajo y silencio. Esa es la balanza que mide a los sujetos admirables. Pero antes de seguir, me veo obligado aclarar que no me siento cómodo ante los panegíricos (me causan golpes de vergüenza ajena), por lo que procuro ponerme de perfil si alguien me sugiere colaborar en el trenzado de una corona de laureles. Menos aún las alabanzas cuando caen sobre alguno de mis trabajos (me incomodan tanto como si me lanzaran, sin previo aviso, un cubo de agua al rostro seguido de un puñado de harina).
No quiero distraerme. He aclarado que no es la primera vez ni será la última que escriba…
Autor: Miguel Aranguren
El cielo es la Plenitud de la comunión con Dios
Aprendamos un poco más sobre la comunión con Dios y cómo nos ayuda a mejorar nuestra vida y, al mismo tiempo, ayuda a mejorar la vida de los demás, porque…
La Nueva Era, una secta de cuidado
El reiki y la Nueva Era (New Age), se han extendido cada vez más por la sociedad buscando el bienestar físico y mental que producen. Conoce todos los detalles y…
No celebres Halloween, sino quieres rendir a Satán sin saberlo.
Los orígenes de Halloween se remontan a los ritos que se hacían los sacerdotes druidas celtas para ofrecer al dios de los muertos. En ellos sacrificaban a personas. Y nosotros los cristianos a quien servimos, celebramos, adoramos y amamos, es al Dios de los vivos… seguir leyendo