Los críticos de arte y el mercado de subastas y museos se ha convertido en un instrumento para cambiar la percepción de la realidad, y en particular de la Belleza, que tienen las grandes masas de personas con sentido común. Valentina Sessa explica el proceso en un artículo en el mensual de apologética Il Timone:
Imponer la belleza
Hoy en día se propaga un auténtico culto del sinsentido y el feísmo, que oscila entre lo banal y lo vulgar o lo sórdido, tanto estético como moral.
Por desgracia, la producción artística no representa una excepción, especialmente a partir de la segunda posguerra y hasta hoy: constituye una experiencia difundida no sólo una cierta fatiga para comprender su significado sino también, muy a menudo, la impresión de que es banal, absurda, obscena, «fea».
Algunos ejemplos de famosas obras discutibles son la Fontana (orinal) de Marcel Duchamp, las…
Autor: ReL
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