Autor: José Francisco Serrano Oceja
La clave de la vida de un cristiano, al fin y al cabo, consiste en su relación con Jesús de Nazaret, el Cristo. Por lo tanto, su relación con el Señor, que diría Guardini.
No hay más misterio, ni más secreto. Por eso, además de la lectura de los Evangelios, de la Sagrada Página, todo lo que se escriba sobre Jesús, en las adecuadas claves teológica, histórica, hermenéutica, debe contribuir a favorecer la inteligencia de ese encuentro personal.
Vamos, que lo dijo Benedicto XVI en famosa frase no por repetida menos verdad: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que de nuevo da un horizonte a la vida y, con ello, una orientación efectiva”.
Dice un buen amigo que ahí Ratzinger estaba glosando a don Giussani. Ni lo niego, ni lo afirmo.
Conciencia cristiana
Por eso este…
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