Cáritas Polonia se ha volcado con los refugiados ucranianos, que son unos 2 millones y medio en Polonia. En el primer mes de guerra, Cáritas Polonia recaudó 10 millones de euros para estos refugiados, bien para atender en Polonia o para ayudar a desplazados en Ucrania. Además, en ese plazo Cáritas Polonia envió a Ucrania unos 500 camiones llenos de alimentos, medicamentos e incluso generadores eléctricos.
Mucho trabajo se realiza en la frontera, acogiendo recién llegados. «Hacemos 40 mil sándwiches al día. También comidas calientes para los refugiados que acaban de cruzar la frontera», explicaba el 7 de abril el padre Marcin Izycki, director de Cáritas Polonia.
Detalla que muchos refugiados van a grandes ciudades polacas, pero otros muchos intentan quedarse cerca de la frontera si encuentran acogida y alojamiento.
Un desayuno especial para Pascua ortodoxa
La Pascua ortodoxa cae este año en 24 de abril. Nadie sabe cuál será el curso de la guerra para entonces, pero parece seguro que seguirá habiendo millones de desplazados y de refugiados lejos de su hogar y de sus familias.
Como una actividad especial, los hoteleros del Holding de Hoteles Polacos y Cáritas se están organizando para ofrecer un desayuno en hoteles a 7.000 refugiados ucranianos, seleccionados por Cáritas, una actividad que se acaba de anunciar.
Gheorghe Marian Cristescu, presidente de los hoteleros polacos, explica el significado. «Para muchas personas de Ucrania, la próxima Pascua será la primera fiesta importante de este tipo que se celebre lejos de casa y, a menudo, también sin los familiares más cercanos. Sabemos que será un momento muy difícil para nuestros vecinos. Con Caritas, queremos ayudarles a vivir su primera Pascua ortodoxa en Polonia. Invitamos a otros representantes de nuestra industria, hoteleros y restauradores, a compartir juntos este tiempo festivo. Demostremos nuestra solidaridad y abramos nuestros corazones a nuestros invitados».
Así, hoteles de toda Polonia, de ciudades pequeñas y grandes, en 20 diócesis distintas, acogerán estos desayunos.
El padre Zbigniew Zembrzuski, director de Caritas Varsovia, destaca que será una Pascua difícil para «las hermanas y hermanos de Ucrania», que «necesitan esperanza como nunca antes, y el Resucitado trae la paz, vence la muerte y cura el dolor». «Carecen de una patria libre, un hogar pacífico, y muchos de sus familiares tuvieron que quedarse en Ucrania y luchar. Invitamos a todos a la mesa de Pascua». Y añade: «El Señor dice: ¡Ánimo, he vencido a la muerte, os doy una Vida nueva, la Resurrección!»
Responsables y voluntarios de Cáritas Polonia, con algunos promotores de la campaña para niños ucranianos Dzien Dobra, especialmente centrada en huérfanos y niños con discapacidades desplazados a Polonia.
Curar las heridas del pasado
Hace 80 años, polacos y ucranianos se mataban mutuamente. En 1937, el Gobierno polaco, en una oleada de nacionalismo radical, desarrolló una intensa campaña de «polaquización» en la región de Volhynia, que tenía buena parte de población ucraniana, confiscando iglesias ortodoxas y desdeñando la lengua y etnia ucraniana en cargos públicos.
Después llegó la guerra mundial. En 1943, tropas ucranianas lanzaron una sangrienta campaña de limpieza étnica y exterminio físico de polacos, incluyendo matar mujeres, niños y religiosos, que causó 10.000 asesinatos sólo en julio, y hasta 80.000 víctimas polacas en esos años, hasta acabada la Guerra Mundial. Los guerrilleros polacos, a veces armados por partisanos soviéticos, respondieron matando a otros 10.000 ucranianos. En ambos bandos, y en el marco de la guerra mundial, se practicaron matanzas a sangre fría y de civiles en pueblos de Volhynia y Galitzia.
De alguna manera, los polacos y ucranianos de hoy contemplan con cierto asombro gozoso los lazos de generosidad y agradecimiento que se desarrollan ahora entre ambos pueblos.
El arzobispo de los católicos latinos de Leópolis, Mieczysław Mokrzycki, quiso recordar este cambio al recibir un convoy de ayuda llegado de Polonia a principios de abril.
«Pido a los polacos que abran sus corazones a los refugiados, independientemente de los acontecimientos históricos. El Santo Padre Juan Pablo II siempre dijo que estas dos naciones enfrentadas deben reconciliarse y perdonar, sin olvidar la gran tragedia que cayó sobre la nación polaca. El Papa también nos dijo que no perdamos la esperanza, porque con Cristo siempre venceremos», proclamaba.
Los católicos latinos en la región de Leópolis son unos 140.000, la mayoría muy ligados étnica o culturalmente a Polonia, mientras que la mayoría de la población en esa región son católicos de rito griego (hasta un 60%).
El arzobispo recuerda que buena parte de la ayuda que llega a Leópolis se reenvía a Járkov, Zaporozhye, Kiev y otras regiones, a través de las Cáritas locales ucranianas.
Para ayudar a las víctimas de la guerra en Ucrania, Cáritas Española ha abierto esta web y la cuenta Caixabank ES31 2100 5731 7502 0026 6218