Seúl – El padre Vincenzo Bordo, misionero de los Oblatos de María Inmaculada, se puso el delantal hace 30 años y se convirtió en la persona conocida hoy en Corea del Sur, y más allá, como “el chef de Dios”. En 1993 comenzó su experiencia misionera en Corea del Sur. Mientras que en 1998 fundó su obra más importante, la «Casa de Anna», que cumple 25 años en 2023.
“Este aniversario -explica a la Agencia Fides con ocasión de la Jornada Mundial de las Misiones- me gustaría que fuera una ocasión para recordar a la sociedad coreana la realidad de los pobres; y para ayudar a los voluntarios a crecer en la dimensión del servicio al prójimo. También me gustaría que fuera un momento para recaudar fondos para la caridad: vivimos al 50% con subvenciones del gobierno y el otro 50% con donaciones voluntarias, según la Providencia de Dios”.
Precisamente con el objetivo de…
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