Autor: José María Carrera
Mauricio Grisales se educó en una familia de cultura católica, pero sin apenas práctica religiosa. De hecho, cuenta a Cambio de Agujas desde Valencia que no recuerda figuras en su familia que fuesen un referente de fe.
Sin embargo, rememora como, desde pequeño, coleccionaba estampas de santos y pedía a su madre, que de vez en cuando rezaba el rosario, que le comprase nuevas estampas para hacer un pequeño altar en su cuarto.
Eso fue con seis años, pero «ahí se quedo todo», explica. Especialmente tras un «doloroso acontecimiento» durante su infancia, cuando sufrió abusos sexuales: «Abrieron unas brechas muy grandes en mi vida sexual y camino a una serie de adicciones» que le determinarían durante décadas.
Educado para «dar muerte a Dios»
En una adolescencia marcada por aquella experiencia y la falta de fe que vivió en su hogar, Mauricio carecía de una roca firme a la que agarrarse….