Estado Islámico (el antiguo ISIS), Al-Qaeda y otros grupos yihadistas o islamistas ven la guerra de Ucrania con satisfacción: son cristianos que se matan entre ellos, y eso, afirman, es un castigo de Alá por haberse implicado en guerras contra los musulmanes.
Además, mientras todo el mundo dedica recursos y atención a esa guerra, los yihadistas tienen mayor margen de maniobra para hacer sus atentados y acciones de terror.
La agencia AsiaNews ha recopilado varios análisis de observadores, como Damien Ferré, fundador de la agencia Jihad Analytics. Asegura que el estar Occidente y el mundo pendiente de Ucrania «permite al Isis relanzar operaciones militares, emboscadas y atentados sobre el terreno. E incluso intensificarlos, porque hay menos atención hacia estos grupos».
Un ejemplo es el atentado de Estado Islámico contra una mezquita chií en Pakistán que causó al menos 64 muertes el 4 de marzo de 2022.
Nuevas acciones de Estado Islámico en Siria
Durante años, los «cruzados» rusos (como les llama Estado islámico) han estado bombardeando las ciudades y campamentos de Estado Islámico en Siria (y de otros opositores al presidente sirio Al-Assad). Ahora, cada soldado ruso muerto en Ucrania les alegra. Y su distracción les permite levantar cabeza y volver a atacar a fuerzas del Gobierno sirio y de sus aliados, con emboscadas recientes en la zona de desierto entre Siria e Irak (provincias de Homs y Deir el-Zor) que han causado decenas de víctimas.
Así, el 6 de marzo, la agencia oficial de noticias de Siria, Sana, citaba fuentes militares informando que «al menos 13 soldados murieron y otros 18 resultaron heridos» durante una emboscada a un vehículo militar en el desierto de Palmira.
El 10 de marzo, el «Observatorio Sirio para los Derechos Humanos» (entidad con sede en Reino Unido opuesta a Al Assad y que muchos vinculan con la extremista suní Hermanos Musulmanes) aseguraba que una mina «del califato» [Estado islámico], había matado 6 soldados gubernamentales y herido a otros 7 cerca de Yabal al-Amour, también en el desierto de Palmira. El 16 de marzo, una célula de Estado Islámico atacó un objetivo de fuerzas iraníes (es decir, chiíes) en el desierto sirio, matando a tres personas.
En Siria queda sólo un enclave en poder de los rebeldes contrarios al gobierno de Al Assad, que es Idlib, no lejos de la frontera con Turquía. AsiaNews cita a un periodista radicado allí, Hammam Issa, que en Al-Monitor declara que con esos ataques Estado islámico busca mostrar que sigue activo y que el gobierno sirio parezca «casi impotentes» ante ataques muy rápidos. Desde Erbil, en el Kurdistán iraquí, el periodista Raed al-Hamid confirma los ataques de Estado Islámico contra fuerzas sirias, apoyadas por Irán y Rusia. «Es fundamental que el Estado Islámico reivindique cada atentado, para demostrar que aún existe”, agrega.
A los yihadistas les alegra la guerra de Ucrania
Por lo general, tanto los entornos de Estado Islámico como sus rivales de Al-Qaeda disfrutan con cada ruso o ucraniano muerto, sin preferencias. Los rusos bombardearon durante años Estado Islámico y los ucranianos participaron en 2003 en la invasión estadounidense de Irak y recientemente en la coalición internacional contra Isis.
En un editorial publicado la semana pasada en su revista al-Naba, el Isis define la guerra como un «castigo» (de Alá, se entiende) impuesto a los «infieles cristianos», culpables de «exportar» sus batallas a los países musulmanes.
Al-Qaeda, que suele tardar más en emitir comunicados y análisis, aún no ha hecho comentarios oficiales. Pero un teólogo cercano al grupo, Abu Mohammad al-Maqdisi, difundió un mensaje en Twitter, en el que se alegraba de que «esta guerra continúe», del mismo modo que otros se han alegrado de la destrucción de las naciones musulmanas.
Según L’Orient-Le Jour (LOJ), el pensador radical Abu al-Fatah al-Farghali, cercano a Hayat Tahrir al-Sham (HTS, ex Al-Qaeda en Siria), afirma que «hacer que los opresores se aniquilen entre sí» es «en interés del Islam».
En Afganistán, los talibanes son la nota discordante: declaran «preocupación» por las «víctimas civiles», se reafirman en su neutralidad e invitan a Kiev y a Moscú a la “moderación” y al “diálogo”.
Militares chechenos rezan las oraciones musulmanas, supuestamente en Ucrania, según un vídeo que estas mismas unidades han hecho difundir.
¿Musulmanes luchando para Putin?
Rusia presenta una y otra vez la participación de soldados chechenos en Ucrania (aunque hay quien dice que se dedican más hacerse fotos y propaganda que a pelear), y otras fuentes señalan que, ante la tenaz resistencia ucraniana, Putin pide tropas sirias veteranas a su aliado Al Assad y contrata mercenarios en Libia.
A los yihadistas les parece mal que luchadores musulmanes vayan a combatir al servicio de naciones «de infieles».
Aymenn al-Tamimi, una académica de la Universidad George Washington de Estados Unidos, asegura que para los islamistas es «inaceptable» que «los musulmanes mueran por los infieles». Para los yihadistas en Oriente Medio, las tropas chechenas son, simplemente, «apóstatas» al servicio de Moscú. Pero los chechenos, que buscan reclutar más jóvenes en el Cáucaso (que Putin pagará) se presentan en redes sociales a la vez como musulmanes fervorosos y tipos duros y peligrosos.