Todo ocurrió en la Madrugada del 16 de abril de 1976, cuando Nuestro Señor Jesús del Gran Poder —la emblemática talla sevillana de Juan de Mesa— sufrió un grave percance: se desprendió uno de sus brazos durante una levantá en la carrera oficial. También se produjo la caída de una mano y varios dedos, recuerda el diario ABC.
Una intervención radical
Ante la gravedad de los daños, la Hermandad no tardó en decidir una intervención radical. En mayo de 1977 arrancó la restauración dirigida por Francisco Peláez del Espino, profesor de restauración en la Escuela de Arquitectura. Su método fue altamente criticado: desarmar la talla en doce fragmentos, someterla a desinsectación química en bidones, e incrustarla en un esqueleto metálico diseñado para…
Autor: Religión Confidencial
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