Es una realidad que la confianza en Dios puede abrirte las puertas del cielo en la Tierra. Esto lo confirma un ídolo del deporte, quien ha demostrado que, dejando su camino en manos del Señor, se pueden derribar todos los obstáculos y llegar a ser una persona realmente exitosa.
Olivier Giroud, uno de los futbolistas atacantes más aclamados por la crítica dado su desempeño en el Mundial de Rusia con la selección francesa, es uno de los jugadores que no tiene miedo de proclamar su fe por Dios frente a todos. A sus 32 años de edad, agradece con todo su corazón lo que Dios ha hecho por él, y su carrera, y lo demuestra sin prejuicios.
En su brazo lleva un tatuaje que dice: “El Señor es mi pastor nada me falta», escrito en latín; uno de los salmos más importantes de la biblia que le recuerda a este jugador que con Dios a su lado, tendrá su éxito siempre asegurado.
Un joven talentoso
Con tan solo 15 años de edad, Olivier Giroud se convirtió en el atacante estrella de la selección nacional sub-16 francés. No obstante, Giroud comenzó a desarrollar pasión por el fútbol a los 7 años, razón por la cual sus padres lo inscribieron en el club local de OC ancho Froges, para luego, a los 13 años, inscribirlo en la Academia Integrada de Grenoble.
Por otro lado, Giroud siempre recibió una educación religiosa por parte de su madre y padre. Hoy día se siente agradecido de haber sido bautizado y afirma que su libro de referencia para su vida, sus acciones y su carrera ha sido la Biblia. Asimismo, para Giroud haber crecido en un ambiente fuerte, unido y religioso ha sido un elemento clave para el desarrollo de su carrera.
Una carrera prometedora
Cuando estuvo en la selección nacional sub-16 francés, Giroud pudo entrar en contacto con Yoann Gourcuff. Posteriormente, pudo empezar a impresionarlos a todos en Grenoble con sus habilidades deportivas durante la primera temporada, esto le ayudó a ser ascendido en el primer equipo. Después de esto, Giroud impresionaría lo suficiente para entrar en Ligue 2 Tours del club y jugar en la siguiente temporada.
Luego de mucho sacrificio, esfuerzo y fe, Giroud se convirtió en un fijo número once del prestigioso seleccionador Didier Deschamps. Además, de también proclamarse como campeón con la selección francesa en el mundial de Rusia.
Goles dedicados a Dios
Hoy día, Giroud con sus 32 años de edad le reza a la Divina Misericordia y dedica sus goles a Dios como una manera diferente de agradecer todo lo que Cristo le ha dado en su vida. Posiblemente esté en uno de sus mejores y más hermosos momentos de su vida de toda su carrera futbolística.
Desde que se convirtió en el atacante estrella de la selección campeona del mundo, hasta ahora que está en su etapa de madurez futbolística, siendo jugador de uno de los más increíbles clubes de Inglaterra: el Chelsea, Giroud solo despliega éxito en su vida. Y la manera de Dios de agradecerle por su fidelidad, es brindándole buenas oportunidades, por ejemplo, Giroud fue el autor del gol de la victoria en el juego Holanda-Francia en la Copa de las Naciones.
La renovación de la fe tras el pecado
Un terrible acontecimiento en 2014 dejó muy mal parado a Giroud frente a la fe cristiana. Sin embargo, luego de conversarlo abiertamente y sentirse verdaderamente arrepentido, Giroud pudo superar su error y reforzar su fe. Lo ocurrido fue publicado en un periódico británico en donde se afirmaba que Giroud le había sido infiel a su esposa, faltando a sus votos matrimoniales, promesas y su deber como pareja. Ante este hecho, Giroud se disculpó públicamente con todos, y en privado con Dios. Luego de esta falta su relación se ha reforzado y el sufrimiento se convirtió en un motivo para renovar su amor y hacer las cosas de mejor manera y siempre encomendados a Dios.
Sin miedo a proclamar su amor por Dios
Este jugador de fútbol no solo es un fiel creyente de Dios; al contrario, no tiene miedo en hacer gala de su fe cristiana para mostrarle a todos sus valores, sin importar que sea ridiculizado por un mundo donde reina el dinero, la fama y el poder. Giroud se siente agradecido con Dios por darle la confianza, la perseverancia necesaria para ser un éxito y la fe para nunca rendirse en el camino para alcanzar sus sueños.
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