María está siempre presente en nuestra vida, nos acompaña y nos comprende a cada momento. Ella está con nosotros cuando no entendemos nada, cuando no le encontramos la vuelta, cuando las situaciones nos superan. María también está presente cuando todo empieza de nuevo, cuando surge nueva vida en nosotros, cuando nos dejamos sorprender por su amor de Madre. Ella siempre nos acompaña, nos guía, nos calma y nos consuela. Aprendamos a guardar en el corazón la consolación que nos trae su cercanía en los momentos de dificultad. María, si se lo permitimos, es la gran respuesta a nuestras preguntas más difíciles.