Santa Teresita de Lisieux decía que las heridas de amor sólo con amor se curan. El amor es la clave, lo abarca todo, lo sana todo, nos llena de paz tranquila y serena nuestro corazón, nos renueva la confianza. Necesitamos animarnos a dar un salto hacia adelante en el amor, despojarnos de nuestros miedos, de aquello que paraliza nuestra inteligencia espiritual y nuestra voluntad, para atrevernos a hacer nuestro propio camino desde el corazón, dejando que Dios con sus manos haga en nosotros un proceso de restauración interior.