Los hechos, las obras, son las que hacen legible el amor. El amor se prueba y se explica con un sólo lenguaje comprensible para todos que son los gestos concretos, y es verdadero cuando no se queda encerrado en su propio mundo sino que se da, se abre, se transforma en acciones, cuando aprende a dialogar con la ternura de los ojos, cuando descubre el calor acariciante de las manos, cuando seca un lágrima caída, cuando descubre el diálogo de corazón a corazón. Es el amor el que nos salva, el que nos mueve a ser perseverantes y a no perder la confianza, es el que nos abre el camino y nos hace ser protagonista de nuestra propia Vida.