El Triduo a San Miguel de Arcángel nos ofrece la oportunidad de fortalecer nuestra fe y recibir una poderosa protección contra las fuerzas del mal, las tentaciones y los peligros.
San Miguel, como líder de los ejércitos celestiales, nos brinda la seguridad y el valor para enfrentar las dificultades de la vida.
Oración
San Miguel Arcángel, cuyo nombre significa ¿Quién como Dios?, es el príncipe de los ángeles
La Iglesia católica reconoce a los tres Arcángeles
mencionados por su nombre en las Sagradas Escrituras canónicas;
Miguel, Gabriel y Rafael. Sin embargo, en la Biblia, en el Libro de Tobías,
el Arcángel Rafael se refiere a sí mismo como “uno de los siete”
que tiene acceso permanente a la presencia de Dios.
Es por ello que podemos suponer que hay cuatro arcángeles más,
todos los cuales pueden son nombrados en textos apócrifos
San Miguel Arcángel, cuyo nombre significa “¿Quién como Dios”,
a menudo se le llama el príncipe de los ángeles,
y su nombre es el grito de guerra de los ángeles buenos
en las batallas contra Satanás y sus seguidores.
A San Miguel Arcángel Se le menciona cinco veces en la Biblia;
tres veces en el Libro de Daniel, una vez en el Libro de las Revelaciones
y una vez en la epístola de Judas. En el arte se le representa
como un guerrero con casco, espada y escudo,
a veces dejando al descubierto su nombre en latín, “Quis ut Deus”.
Por lo general se coloca sobre un dragón, pinchando con una lanza
que simboliza su papel en el juicio final.
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados
que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón,
porque con ellos, he ofendido a un Dios tan bueno.
Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que,
por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón
de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén
Invocaciones
Confesemos al Señor a quien asisten millares de ángeles y aclamémosle gozosos diciendo:
Bendecid al Señor, ángeles del Señor
1. Bendecid al Señor todos sus ángeles, ejecutores de sus ordenes
y siempre dispuestos a obedecer la voz de sus mandatos.
Bendecid al Señor, ángeles del Señor.
2. Bendecid al Señor que ha dado órdenes a sus ángeles
para que nos guarden en nuestros caminos y nos conduzcan sin tropiezos por sus sendas.
Bendecid al Señor, ángeles del Señor.
3. Bendecid al Señor a quien alaban todos sus ángeles proclamándolo el Dios.
Eterno y el Santo entre todos sus santos.
Bendecid al Señor, ángeles del Señor.
Meditación para el primer día
Los ángeles en la Sagrada Escritura
Tanto la Sagrada escritura como la liturgia de la Iglesia hablan mucho de los Ángeles,
y les atribuyen un papel importante en nuestra vida de fe.
La Biblia nos habla de ellos como de unos seres que están en torno a Dios,
alabándole, y que son enviados a los hombres para nuestra ayuda.
Desde el Génesis al Apocalipsis, pasando por los Ángeles que anuncian
la resurrección de Cristo, la Historia de la Salvación nos manifiesta
la presencia continuada de estos seres misteriosos,
espíritus puros, que no sabemos definir.
La Biblia los presenta en su actuación: los Ángeles adoran Dios,
actúan de mensajeros de su voluntad, ayudan y protegen a los hombres,
caminan delante del pueblo elegido y lo protegen.
Son los Ángeles quienes anuncian a Maria, a José y a los pastores el nacimiento del Hijo de Dios
Son los que asisten a Cristo después de las tentaciones del desierto o en la agonía del huerto
Son los que dan testimonio del sepulcro vacío y orientan a los discípulos después de la Ascensión…
Jesús afirma que los Ángeles de los niños están continuamente en la presencia del Padre.
En la parábola del rico Epulón se nos dice que cuando murió
el pobre Lázaro, fue llevado por los Ángeles al seno de Abrahán.
Un Ángel libera a Pedro de la cárcel rompiendo sus cadenas y le conduce a la comunidad.
En la visión del Apocalipsis, aparecen los Ángeles en una lucha guerrera
contra el Maligno, a las órdenes de san Miguel.
Aparecen así mismo alabando continuamente a Dios y al Cordero.
Al final de la historia, cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria,
estará acompañado de todos sus ángeles…
Oraciones finales
Todopoderoso sempiterno Dios, que por tu gran clemencia
para la salud humana nombraste al Glorioso San Miguel Arcángel
como Príncipe defensor de la Iglesia, concédenos que por su saludable protección
merezcamos aquí ser defendidos de todos los enemigos, y en la hora de nuestra muerte,
libres y salvos, seamos presentados a tu Divina y Soberana Majestad.
Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(Pedir la gracia que se desea obtener)
¡Oh glorioso príncipe, arcángel San Miguel, acuérdate de nosotros aquí
y en todo lugar, ruega siempre al Hijo del Altísimo por nosotros, Aleluya, Aleluya.
V. A los ojos de los ángeles cantaré a Ti, oh Dios.
R. Y adoración hacia tu Santo Templo y confesaré Tu nombre.
Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los misterios de los ángeles
y de los hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida
en la tierra por el Arcángel San Miguel que te asiste continuamente en el cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Origen
El Triduo a San Miguel Arcángel tiene sus raíces en la tradición católica de devoción a los ángeles y arcángeles. San Miguel es uno de los tres arcángeles mencionados en las Escrituras canónicas, junto con Gabriel y Rafael. La Iglesia ha promovido esta devoción a lo largo de los siglos debido a las apariciones y los roles significativos de los ángeles en la Biblia.
Promesas
San Miguel promete su protección y asistencia a quienes lo invocan con fe y devoción, especialmente en la hora de la muerte. Ofrecer este triduo con fervor es una forma de honrar y agradar al Arcángel, quien intercederá por nosotros ante Dios. A través de esta devoción, se obtienen gracias y favores espirituales, así como la victoria sobre los ataques del demonio.
El Primer Día del Triduo a San Miguel Arcángel
El 29 de septiembre se celebra la fiesta de San Miguel Arcángel, el líder de los ejércitos celestiales. Para honrar a este poderoso ángel, es tradición en muchas partes del mundo realizar un Triduo, que consiste en tres días de oración y meditación previos a su festividad.
El Primer Día del Triduo a San Miguel se enfoca en recordar su victoria sobre Satanás y los ángeles rebeldes. Según las Sagradas Escrituras, San Miguel encabezó a los ángeles fieles en la batalla contra Lucifer y los demonios que se habían rebelado contra Dios. «Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. También el dragón y sus ángeles pelearon, pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.» (Apocalipsis 12:7-8)
Durante este primer día, los fieles reflexionan sobre el poder de San Miguel para vencer al mal y proteger a la Iglesia. Se le pide ayuda para resistir las tentaciones del demonio y mantenerse firmes en la fe. Además, se medita sobre cómo imitar la obediencia y lealtad de San Miguel hacia Dios.
Las oraciones, lecturas bíblicas y cantos que conforman el Primer Día del Triduo ayudan a los creyentes a renovar su compromiso de luchar contra el pecado y a confiar en la intercesión poderosa del Arcángel San Miguel. Es una jornada que prepara espiritualmente para la gran fiesta del 29 de septiembre.