A través de este Tercer día del Tríduo a Nuestra Señora del Pilar fortalecemos nuestra fe y devoción a la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza y de la Hispanidad.
Permitiéndonos profundizar en el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y la maternidad divina de María. Este triduo también nos ayuda a crecer en la virtud de la perseverancia y la constancia en el amor a Dios y a la Santísima Madre.
Oración
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro,
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios Hombre verdadero,
Creador y Redentor mío. Por ser Tu quien eres,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido;
propongo firmemente nunca más pecar;
apartarme de todas las ocasiones de ofenderte,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta,
restituir y satisfacer, si algo debo.
Ofrezco mi vida, obras y trabajos,
en satisfacción de todos mis pecados.
Y como te suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita,
me los perdonarás por los merecimientos de tu preciosa sangre,
pasión y muerte, y me darás gracia para enmendarme,
y para perseverar en tu santo servicio hasta la muerte. Amén
Oración para todos los días
Dios todopoderoso y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo
has concedido un amparo celestial a cuantos la invocan
con la secular advocación del Pilar, concédenos,
por su intercesión, fortaleza en la fe,
seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración del Tercer día
Madre buena, Madre Santa, venerable fuente de inspiración
y de fortaleza. Por ti y contigo nos sentimos
íntimamente unidos a Dios. Eres para nosotros
fuente inagotable donde refrescar permanentemente
cómo debemos seguir al Señor, responder
a lo que pide de nosotros y ser en nuestro mundo
y lugar concreto, la prolongación de la vida de Jesús en medio del mundo.
Ayúdanos Madre, a cumplir su voluntad. Amén.
Se reza un Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Se rezan 3 Ave Marías
Dios te salve, María, llena eres de gracia;
el Señor es contigo; Bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Se reza un Gloria
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
¡Virgen del Pilar, ruega por nosotros!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Origen
La devoción al Pilar se remonta al año 40 d.C., cuando la Virgen María se apareció al Apóstol Santiago el Mayor en Zaragoza, España. La Virgen le pidió a Santiago que construyera una iglesia en su honor en ese lugar. La iglesia, que se conoce como la Basílica del Pilar, es uno de los santuarios marianos más importantes del mundo.
Promesas
Tercer Día del Triduo: Fortaleza, Perseverancia y amor bajo el Manto de la Virgen del Pilar
VIirgen del Pilar eres para nosotros
fuente inagotable donde refrescar permanentemente nuestra esperanza, nuestro amor y nuestra fe.