El segundo día del Triduo a Santa Teresa de Jesús está dedicado a la «Afabilidad», una virtud esencial en la vida comunitaria y en la convivencia diaria.
Practicar la afabilidad facilita el diálogo, el perdón y la reconciliación, elementos esenciales para una convivencia armoniosa. Interactuar con los demás de manera afable nos ayuda a sentirnos más tranquilos y relajados, lo que beneficia nuestra salud mental y física.
Oración
La Afabilidad
Ambientación
La afabilidad es una característica de la amabilidad,
es propia de las personas bondadosas
y por eso es diferente de la mera cortesía.
Es una de las virtudes que integran el llamado humanismo teresiano.
Teresa la entiende como actitud de agrado, simpatía,
suavidad en el trato con los otros. Como línea permanente
de conducta en la convivencia comunitaria.
En contraposición a rudeza y aspereza,
a las actitudes de mutismo o retraimiento
en sí mismo o a todo tipo de novedades descorteses.
Para Teresa, afable y conversable son términos equivalentes en su léxico.
En ella misma esa cualidad es connatural.
Bien consciente de irradiar simpatía,
la subraya desde los primeros capítulos de Vida:
“en esto de dar contento a todos he tenido extremo” (V. 3,4).
Como toda otra virtud, también la afabilidad es modílica en Cristo.
En las visiones místicas, Teresa ve el rostro de Jesús:
“lleno de una majestad tan grande pero que muestra amor,
y de tanta hermosura y afabilidad” (V. 38, 21).
Poner en práctica las enseñanzas de Teresa de Jesús,
es recordar que cada uno de nosotros somos un castillo habitado por Dios,
que a todos nos creó con la misma dignidad y hermosura.
Así al considerar al otro igual a mí, puedo tratarlo
con la misma delicadeza con la que me gustaría que me trataran.
Breve silencio de reflexión
Pregúntate: ¿en qué conoces que eres afable? ¿Qué te falta?
Oración Personal
¿A qué me invita Teresa de Jesús, para vivir la afabilidad en la vida comunitaria?
Peticiones
Elevemos al Señor nuestra oración por intercesión de Santa Teresa.
Respondemos: “Vuestra soy para vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?”
1. Señor, enséñanos a valorar la afabilidad
como expresión del amor y la entrega a los hermanos. Oremos.
2. Señor, llévanos a fortalecer las relaciones fraternas con la escucha,
la bondad y la delicadeza en el trato. Oremos
3. Señor, haz que siguiendo el espíritu de Teresa de Jesús,
fomentemos el diálogo, el perdón, la transparencia
y la afabilidad para que se haga visible
la comunión en nuestra vida y misión. Oremos.
4. Señor, ayúdanos para que acojamos al “otro”
en su dignidad e identidad cultural,
comprometiéndonos desde el Evangelio y el carisma,
a apoyar su proceso de crecimiento personal, social y eclesial. Oremos.
5. Señor, acrecienta en nuestros corazones el espíritu
de las bienaventuranzas para revitalizar los espacios
de reconciliación y búsqueda de paz en nuestra acción apostólica. Oremos.
Oración Final
Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu
has suscitado a Teresa de Ávila, para mostrar a tu Iglesia
el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina,
y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
Origen
Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila, fue una mística y reformadora del Carmelo en el siglo XVI. Su vida y escritos han inspirado a generaciones de católicos a buscar una relación más profunda con Dios a través de la oración y la práctica de virtudes cristianas. La devoción a Santa Teresa se ha mantenido viva a lo largo de los siglos, especialmente por su ejemplo de vida y sus enseñanzas sobre la oración y la vida comunitaria.
Promesas
Poner en práctica la afabilidad promete una transformación interior que se refleja en actitudes más positivas y amables hacia los demás. La afabilidad nos ayuda a cultivar la paz en nuestro interior, librándonos de sentimientos negativos como la ira, el rencor y la envidia.
Segundo día del Triduo a Santa Teresa de Jesús: La Afabilidad
En el segundo día del Triduo a Santa Teresa de Jesús, nos adentramos en la profunda reflexión sobre la afabilidad, una virtud fundamental en el camino hacia la santidad.
Para Santa Teresa de Jesús, la afabilidad era una virtud esencial para la vida en comunidad. La consideraba como un reflejo del amor de Dios hacia nosotros, y la veía como una forma de imitar a Cristo, quien siempre se mostró afable y compasivo con los demás.
En sus escritos, Teresa describe la afabilidad como una actitud que nos permite crear un ambiente de armonía y paz en nuestras relaciones con los demás. Nos invita a ser personas agradables, conversables y atentas a las necesidades de los que nos rodean.