Esta maravillosa oración Oh Maria Virgen Inmaculada de Santa Faustina invoca la protección de María sobre el alma, el corazón y el cuerpo. Esto nos proporciona una sensación de seguridad y paz frente a los desafíos espirituales y físicos.
Realizando esta oración pedimos a María que guarde la pureza de nuestra alma, corazón y cuerpo. Esto nos puede ayudar a resistir la tentación y crecer en santidad.
Oración
Oh María, Virgen Inmaculada,
tómame bajo Tu protección más especial
y custodia la pureza de mi alma,
de mi corazón y de mi cuerpo.
Tú eres el modelo y la estrella de mi vida (Diario, 874).
Origen
La oración «Oh María, Virgen Inmaculada de Santa Faustina» se atribuye a Santa Faustina Kowalska, una monja polaca que recibió una serie de visiones y revelaciones de Jesucristo y María. La oración está registrada en su diario, que se publicó después de su muerte.
Promesas
Quien rece esta oración con devoción recibirá la protección especial de la Virgen María. Ella cuidará de la pureza del alma, corazón y cuerpo de quien la rece. La Virgen María será el modelo y estrella que guíe la vida espiritual de quien la invoque.
Oración Oh María, Virgen Inmaculada de Santa Faustina: Un tesoro de gracia y protección
La oración Oh María, Virgen Inmaculada es una joya espiritual revelada por la propia Madre de Dios a Santa Faustina Kowalska, una mística polaca del siglo XX. Esta breve pero poderosa invocación encierra un tesoro de gracias y promesas para quienes la rezan con devoción.
Santa Faustina, canonizada por la Iglesia Católica en 2000, fue una religiosa que tuvo innumerables visiones y revelaciones de Jesús y de la Santísima Virgen María. En su Diario espiritual, Santa Faustina registró esta oración que la Madre de Dios le encomendó compartir con el mundo.
Los beneficios que ofrece esta plegaria son verdaderamente notables. Quien la rece recibirá la protección especial de la Virgen Inmaculada sobre su alma, corazón y cuerpo. Ella custodiará la pureza de quien la invoca, ayudándolo a mantener la santidad. Más aún, la Madre celestial se convertirá en el modelo y estrella que guiará la vida espiritual de sus devotos.
El origen divino de esta oración le confiere una gran autoridad y eficacia. Proviene directamente de la misma Reina del Cielo, quien quiere colmar a sus hijos con gracias inestimables a través de ella. Por eso, rezarla con fe y confianza es una forma privilegiada de obtener la protección y el acompañamiento de la Virgen María.
En un mundo que tanto necesita de la gracia y la intercesión materna, la Oración Oh María, Virgen Inmaculada se erige como un faro de esperanza y un camino seguro hacia la santidad. Que cada cristiano descubra y atesore este precioso legado dejado por Santa Faustina, para experimentar los frutos de la maternal solicitud de la Virgen María.
La oración inicia con una sentida petición: «Oh María, Virgen Inmaculada, tómame bajo Tu protección más especial». En estas palabras, Santa Faustina expresa su anhelo de ser cobijada por el manto maternal de María, buscando refugio en su inquebrantable amor y bondad.
La súplica se intensifica al solicitar la custodia de la pureza. «Custodia la pureza de mi alma, de mi corazón y de mi cuerpo», implora la santa. Reconoce la fragilidad humana y busca en María la fuerza para mantener la integridad en todos los aspectos de su ser.
La oración culmina con un hermoso reconocimiento: «Tú eres el modelo y la estrella de mi vida». Santa Faustina encuentra en María un ejemplo a seguir, una luz que ilumina su camino y la guía hacia el amor de Dios.