La oración al Espíritu Santo que recitaba San Juan Pablo II cuando era un niño, nos brinda fortaleza y consuelo espiritual.
El Espíritu Santo es el dulce consolador y fuente de gracia divina, por lo que al recitar esta oración, recibimos su ayuda y apoyo en momentos de dificultad.
Oración
Ven, oh Espíritu Creador,
visita nuestras almas,
y llena con la gracia divina
los corazones que Tú has creado.
Eres nuestro dulce consolador,
el Don del Padre Altísimo,
fuente de Agua viva, fuego, amor,
y espiritual unción.
Dedo de la diestra paterna,
fiel promesa del Padre;
irradia tus siete dones,
y enriquece nuestra palabra.
Ilumina los sentidos,
e infunde tu amor en nuestros corazones;
cura nuestras heridas
con el bálsamo de tu amor.
Defiéndenos del enemigo,
danos pronto el don de la paz.
Con tu guía invencible,
evitaremos todo mal.
Luz de la sabiduría eterna,
revélanos el grande misterio
de Dios Padre e Hijo
unidos en un solo Amor.
Gloria a Dios Padre,
y al Hijo, que resucitó y al Espíritu Santo
por siempre y para siempre. Amén.
Promesas
La oración al Espíritu Santo busca obtener la iluminación y la sabiduría divina. Se le pide que revele el gran misterio de Dios Padre e Hijo, y que nos ayude a comprender y vivir en el amor de Dios.
Origen
Karol Wojtyla, más tarde conocido como el Papa Juan Pablo II, oraba al Espíritu Santo todos los días, desde los 11 años y hasta su muerte. Él solía dirigir al Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, una conmovedora oración que su padre le enseñó.
Poderosa oración al Espíritu Santo de San Juan Pablo II: Un llamado a la guerza divina
La oración es un medio poderoso para conectarnos con lo divino, y a lo largo de la historia, numerosos líderes espirituales han dejado huellas indelebles con sus palabras llenas de fe y devoción. Uno de esos líderes fue San Juan Pablo II, cuyo legado espiritual sigue siendo una fuente de inspiración para millones de personas en todo el mundo.