La Oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort, también conocida como oración ardiente, te permite unirte a la intercesión para pedirle a Dios que envíe apóstoles y líderes espirituales comprometidos para los tiempos actuales.
Al pedir apóstoles de los últimos tiempos con la Oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort, se busca una renovación espiritual en la Iglesia. Se espera que la respuesta a esta oración traiga consigo una revitalización de la fe y una mayor eficacia en la evangelización y el testimonio cristiano.
Oración
Señor, acordaos de vuestra Congregación
que habéis poseído desde el principio,
pensando en ella desde la eternidad (Sal 73,2);
que teníais en vuestra mano todopoderosa
cuando con una palabra sacasteis el universo de la nada;
que ocultabais aún en vuestro corazón cuando vuestro Hijo,
al morir en la Cruz, la consagró con su sangre,
y la confió, cual precioso depósito,
a los cuidados de su Santísima Madre.
Cumplid, Señor, los designios de vuestra misericordia,
suscitad a los hombres de vuestra diestra,
tales como los habéis mostrado,
dando ilustraciones proféticas a algunos
de vuestros más grandes servidores:
a San Francisco de Paula, a San Vicente Ferrer, a Santa Catalina de Siena,
y a tantas otras grandes almas
del siglo pasado y aún del presente.
Invocación a Dios Padre
Dios Todopoderoso, acordaos de esta Compañía
empleando la omnipotencia de vuestro brazo
nunca menguado, para darle vida y llevarla a su perfección.
Renovad los milagros, haced nuevos prodigios (Eclo 36,6.),
dejadnos experimentar el socorro de vuestro brazo (Sab 5,17).
Oh gran Dios, que de piedras toscas (Mt.3,9)
podéis hacer otros tantos hijos de Abraham,
decid una sola palabra en Dios,
para enviar buenos “operarios a vuestra mies” (Lc 10,2),
y buenos misioneros a vuestra Iglesia.
Dios de Bondad, acordaos de vuestras antiguas misericordias
y por esa misma misericordia acordaos de esta Congregación;
acordaos de las reiteradas promesas
que nos habéis hecho por medio de vuestros profetas
y de vuestro mismo Hijo, de escuchar nuestras justas peticiones.
Acordaos de las plegarias que a este fin os han hecho
vuestros siervos y siervas desde hace tantos siglos;
que sus súplicas, sus gemidos, sus lágrimas y su sangre
derramada acudan a vuestra presencia, para implorar
poderosamente vuestra misericordia.
Mas acordaos sobre todo de vuestro querido Hijo.
“Contempla la cara de tu Ungido” (Sal 83,10)
Acordaos de su agonía, su confusión y su queja amorosa
en el Huerto de los Olivos cuando dijo: ¿De qué sirve mi sangre? (Sal 29,10)
Su muerte cruel y su sangre vertida os claman misericordia,
para que, mediante esta Congregación, su imperio sea establecido
sobre las ruinas del de sus enemigos.
– Acordaos, Señor, de esta comunidad en los efectos de Vuestra Justicia.
“Ya es tiempo de hacer lo que habéis prometido. Violada está vuestra divina ley” (Sal 118,126);
abandonado vuestro evangelio; torrentes de iniquidad
inundan toda la tierra y arrastran a vuestros mismos siervos. Desolada está la tierra (Jer 12,11),
la impiedad se asienta en los tronos, vuestro santuario es profanado,
la abominación está en el mismo lugar santo (Dan 9,27; Mt 24,15; Mc 13,14).
¿Lo dejaréis todo así abandonado, justo Señor Dios de las venganzas?
¿Todo llegará a ser como Sodoma y Gomorra? ¿Os callaréis, siempre?
¿Seguiréis soportándolo todo? ¿No es preciso que vuestra
voluntad se haga en la tierra como en el cielo,
y que venga a nosotros vuestro reino?
¿No habéis mostrado de antemano a algunos
de vuestros amigos una futura renovación de vuestra Iglesia?
¿No han de convertirse los judíos a la verdad?
¿No es lo que espera la Iglesia?
¿No os claman todos los santos del cielo ¡Justicia, Venganza! (Ap 6,10)?
¿No os dicen todos los justos de la tierra: ¡Venid, Señor Jesús! (Ap 22,20)
Todas las criaturas, hasta las más insensibles,
gimen bajo el peso de los innumerables pecados de Babilonia
y piden vuestra venida para restaurarlo todo. “La creación entera gime” (Rom 8,22).
Invocación a Dios Hijo
Señor Jesús, Acordaos de dar a vuestra Madre
una nueva Compañía para renovar por ella todas las cosas
y para concluir por María los años de la gracia
como los habéis comenzado por Ella.
Dad hijos y siervos a vuestra Madre, de lo contrario dejadme morir (Gén 30,1).
Para vuestra Madre os pido.
Acordaos de sus entrañas y de sus pechos,
y no me rechacéis; acordaos de quien sois hijo y escuchadme:
acordaos de lo que Ella es para Vos y de lo que Vos sois para Ella
y satisfaced mis deseos.
Promesas
La Oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort puede ayudar a aquellos que la rezan a discernir su propia vocación ya responder generosamente al llamado de Dios. Al elevar esta petición, se busca que más personas sean inspiradas y llamadas a servir a Dios ya su Iglesia como apóstoles y líderes espirituales.
Origen
Esta Oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort en particular no se encuentra en las obras escritas por Montfort, como «El secreto de María» o «Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen». la Oración Ardiente refleja los principios y la espiritualidad de Montfort, quien enseñó sobre la importancia de la consagración total a Jesús a través de María y promovió el papel de María como mediadora y auxiliadora en la vida espiritual.
Esta oración enciende el camino de los apóstoles de los últimos tiempos
La oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort, inspirada en los principios de Montfort, es una plegaria que busca invocar la intervención divina para enviar apóstoles y líderes espirituales especialmente preparados. En un mundo lleno de desafíos, esta oración es un llamado encendido que busca renovar la Iglesia y avivar las llamas de la fe en los corazones de todos.
Al rezar la oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort, nos unimos a una tradición de búsqueda y entrega total a Jesús a través de María. En esta consagración, encontramos una conexión profunda con la Madre de Jesús, quien intercede por nosotros y nos guía en nuestra relación con Él. Esta devoción mariana nos brinda consuelo, protección y fortaleza en nuestro camino como apóstoles de los últimos tiempos.
La oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort también es un grito de súplica y discernimiento. Al elevar esta plegaria, buscamos discernir nuestra propia vocación y abrirnos generosamente al llamado de Dios. Buscamos líderes espirituales llenos de valentía y convicción, dispuestos a servir y guiar a otros en medio de los desafíos y dificultades de la época actual.
Esta oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort nos desafía a mantenernos firmes en nuestra fe y a perseverar en la misión de llevar el mensaje de Cristo al mundo. Es un recordatorio de que no estamos solos en esta tarea, sino que contamos con la colaboración divina y la gracia de Dios para llevar a cabo su plan de salvación.