La Novena a la Divina Misericordia es una devoción mariana que se celebra durante nueve días previos al Domingo de la Misericordia, que se celebra el segundo Domingo de Pascua.
Esta devoción fue inspirada por las revelaciones que Jesús hizo a Santa Faustina Kowalska, una monja polaca, a principios del siglo XX. La Misericordia de Dios es infinita y está disponible para todos aquellos que la buscan con un corazón sincero. La Novena a la Divina Misericordia es una forma de implorar la Misericordia de Dios para nuestras vidas, para nuestras familias y para el mundo entero.
Oración
Introducción
“En esta novena concederé a las almas toda clase de gracias. Deseo que durante esos nueve días traigas a las almas al Manantial de Mi Misericordia para que así encuentren la fortaleza, el consuelo y todas las gracias que necesiten para hacer frente a las dificultades de la vida, especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las introducirás en la inmensidad de Mi misericordia. Y Yo, a todas estas almas, las conduciré a la casa de Mi Padre.” (Diario, 796)
Día 1
“Hoy, tráeme a toda la humanidad, especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en la inmensidad de mi misericordia. De esta forma me consolarás de la amarga tristeza en la que me sume la pérdida de las almas.”
Misericordiosísimo Jesús,
cuya inclinación natural
es la de tener compasión de nosotros y perdonarnos,
no mires nuestros pecados,
sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita.
Acógenos en la morada de tu Corazón Misericordiosísimo
y no permitas que salgamos jamás de Él.
Te lo pedimos por el amor que te une
al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa
hacia toda la humanidad y en especial hacia
los pobres pecadores encerrándolos en el Misericordiosísimo
Corazón de Jesús, y por los méritos de su dolorosa Pasión
muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia
de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén (Diario lll, 57)
Promesas
«A las almas que recen esta novena, les concederé gracias inimaginables». (Diario de Santa Faustina, 723). «Las almas que recen esta novena con fe, alcanzarán el perdón de sus pecados, aunque sean más numerosos que los granos de arena en la playa». (Diario de Santa Faustina, 741)
Origen
La Novena a la Divina Misericordia se basa en las revelaciones que Jesús hizo a Santa Faustina Kowalska, una monja polaca, entre los años 1931 y 1938. En estas revelaciones, Jesús le pidió a Santa Faustina que difundiera la devoción a su Divina Misericordia y que instituyera una fiesta en honor a la Divina Misericordia el Domingo siguiente a la Pascua.
La Novena a la Divina Misericordia: Un encuentro transformador con el amor infinito de Dios
La Novena a la Divina Misericordia es una poderosa devoción que nos invita a sumergirnos en el insondable amor de Dios y experimentar Su misericordia infinita. Esta novena, basada en las revelaciones a Santa Faustina Kowalska, nos conduce a un encuentro personal con Jesús, quien nos invita a confiar en Su amor y a implorar Su misericordia para nosotros y el mundo entero.
El primer día de la Novena a la Divina Misericordia nos sumerge en la contemplación y la reflexión sobre la misericordia como uno de los atributos más profundos de Dios. Reconocemos que Dios es infinitamente misericordioso y que Su amor y compasión hacia nosotros no tienen límites. En este día, somos invitados a abrir nuestros corazones y a confiar en que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y a acogernos con amor, sin importar nuestros pecados y debilidades.
El primer día de las Oraciones a la Divina Misericordia establece el tono y la base para los días siguientes. Nos invita a reconocer nuestra necesidad de la misericordia de Dios y nos prepara para recibir Sus dones abundantes. Al interiorizar la misericordia de Dios desde el comienzo, nos abrimos a la transformación y al perdón, permitiendo que la gracia divina fluya abundantemente en nuestras vidas.