La devoción en los 7 domingos en honor a San José – Segundo Domingo inspira a amar a Dios y al prójimo con mayor fervor. Al reflexionar sobre la obediencia de San José a la voluntad de Dios, podemos cultivar una actitud de sumisión y confianza en la guía divina.
La devoción a San José inspira a amar a Dios y al prójimo con mayor fervor. San José se convierte en un protector y guía en los momentos difíciles.
Oración
Oración Inicial
San José, guardián de Jesús y Casto esposo de María:
empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber,
mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret
con el trabajo de tus manos.
Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti.
Tú conoces sus aspiraciones y sus esperanzas.
Ellos se dirigen a ti porque saben que tú
los comprendes y proteges.
Tú también supiste de pruebas, cansancio y trabajo.
Pero, aún dentro de las preocupaciones materiales de la vida,
tu alma estaba llena de profunda paz y llena de verdadera alegría,
debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios
que te fue confiado a ti y a la vez a María, su tierna Madre. Amén.
2⁰ Dolor y Gozo
La búsqueda de posada en Belén.
San José dice:
Agosto 2/2009 (1:30 pm)
Estaba anunciado por los profetas que Jesús nacería en Belén. Dios se valió del emperador Augusto para dar cumplimiento a la profecía, por eso marché con mi esposa para empadronarnos, a inscribimos en la ciudad de David; ciudad que le cerraría las puertas al Hijo de Dios; ciudad que no tenía espacio para albergar al que todo lo puede. Ciudad desentendida del gran misterio que estaba a punto de nacer.
Ciudad desprotegida que desplazó al Santo Dios, Santo Fuerte y Santo Inmortal. Ciudad que arrinconó en un establo al Mesías Dios esperado. Ciudad que produjo en mi corazón un gran dolor porque el Verbo de Dios encarnado era excluido. Ciudad que envió al Rey de reyes y Señor de señores al escampado, a la intemperie.
Mi corazón sollozaba porque no encontraba sitio para hospedar a la Madre de Dios. Madre que no midió consecuencias con su Fiat. Madre que venció falsas leyes y criterios humanos. Madre que no se dejó amilanar ante las adversidades. Madre que siempre supo confiar en Dios. Madre que no se desesperó ante las negativas de los hospederos.
Madre que no le importó dirigirse a un establo para el alumbramiento de su Hijo; establo cómplice del amor santo y divino. Establo que dio abrigo y cobijo al recién nacido, al Hijo de Dios. Establo que evidenció el más hermoso de los espectáculos celestiales. Establo que fue visitado por los Ángeles del Cielo.
Ángeles que descendieron a adorarle. Establo que se convirtió en una pequeña porción del Cielo en la tierra. Porción a la que llegaron tres reyes de oriente a ofrendarle: incienso, mirra y oro. El gran dolor que llevaba en mi corazón se convirtió en un gran gozo.
Gozo, porque el Cielo fue tapizado con multitud de estrellas; gozo, porque los santos Ángeles entonaron los más bellos cantos; gozo, porque ya no estábamos solos: miríadas y miríadas de seres angelicales llegaban hacia el Niño Jesús a alabarle y glorificarle, porque Dios se había hecho hombre.
Hijo, ve al establo de los sagrarios que allí también se encuentra el recién nacido; ofréndale el incienso de tu oración, la mirra de tus sacrificios y el oro de tu conversión perfecta; anonádate frente a su presencia y desbócate en mimos con Él.
Oración Final
¡Oh! San José, cuya protección es tan grande,
tan poderosa y eficaz ante el Trono de Dios,
en tus manos entrego todos mis intereses y mis deseos.
¡Oh! San José, asísteme con tu poderosa intercesión;
consígueme de tu Divino Hijo, nuestro Señor,
todas las bendiciones particulares que necesito,
a fin de que habiendo conseguido aquí en la tierra
la ayuda de tu poder celestial,
pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al padre más amoroso. Amén
Promesas
Las promesas pueden variar dependiendo de la tradición y la fuente de información. Algunas promesas comunes están relacionadas con la gracia de la obediencia y la protección espiritual. Aquellos que practican la devoción de los 7 domingos en honor a San José con fe y devoción recibirán la gracia de una mayor obediencia a la voluntad de Dios y experimentarán su protección en todas las áreas de sus vidas.
Origen
El origen de los 7 domingos en honor a San José se remonta a la devoción popular hacia San José, el esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Esta devoción se ha practicado durante siglos como una forma de honrar y pedir la intercesión de San José en diversas necesidades y situaciones.
Experimentando el poder del Segundo Domingo en Honor a San José
En el Segundo Domingo de esta devoción, nos sumergimos en el profundo significado de la obediencia, descubriendo cómo esta virtud los 7 domingos San José promesas puede transformar nuestra vida espiritual y abrirnos a los prodigiosos planos de Dios.
San José, el humilde carpintero y padre adoptivo de Jesús, es un ejemplo supremo de obediencia a la voluntad de Dios. A través de su silencio y sumisión, San José permitió que los designios divinos se manifestaran plenamente en su vida y en la historia de la salvación. En el Segundo Domingo, nos inspiramos en su ejemplo y nos esforzamos por cultivar la misma actitud de obediencia en nuestra propia relación con Dios.
Cuando nos rendimos a la obediencia divina, experimentamos una profunda transformación interior. Nuestra relación con Dios y los 7 domingos San José promesas se fortalece y encontramos paz y alegría en la certeza de que estamos siguiendo el camino que Él ha trazado para nosotros. Además, la obediencia nos permite ser instrumentos de bendición para los demás, ya que nuestra vida se convierte en un testimonio vivo del amor y la fidelidad de Dios.