Autor: Víctor Manuel Fernández
Dar la vida por Jesús no es una cosa de personas tristes, amargadas o resignadas. Es un gozo que no se puede imaginar, porque sólo lo entiende el que es tocado por el Espíritu Santo y llamado a la entrega total. Hoy recordamos a Ignacio de Antioquía, y en él descubrimos de qué manera nos fortalece el Espíritu Santo. Porque él no sólo nos da fuerza; también nos da gozo y pasión.
San Ignacio fue asesinado por su fe en el año 107. Cuando era llevado por los soldados, a ellos les llamaba la atención ver su rostro sereno y alegre. Ignacio explicó lo que sentía, en una de sus cartas: «Hay dentro de mí un manantial que clama y grita: ‘¡Ven al Padre!'».
La atracción de esa fuente definitiva de vida y de plenitud que es el Padre amado, compensaba infinitamente cualquier sacrificio, justificaba cualquier renuncia y merecía una entrega definitiva. El Espíritu Santo es el que coloca en…

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
Cómo afirmar la veracidad de los evangelios
Hay una técnica muy utilizada por los detectives para encontrar información que les ayude a armar el cuadro completo de una escena, es el Soporte Involuntario entre Testigos. Esta técnica…
El cielo es la Plenitud de la comunión con Dios
Aprendamos un poco más sobre la comunión con Dios y cómo nos ayuda a mejorar nuestra vida y, al mismo tiempo, ayuda a mejorar la vida de los demás, porque…
Los 12 pasos que nos llevan a la esclavitud del orgullo, según San Bernardo
El orgullo es un pecado que puede manifestarse de diversas formas y llevarnos por un camino de autodestrucción espiritual. Continúa leyendo este artñiculo para conocer cuales son los pasos que…