Si echamos la vista atrás y tratamos de hallar algún rasgo constitutivo común entre las distintas y más apartadas civilizaciones (tanto en el tiempo como en el espacio), descubriremos que casi todas se distinguieron por honrar a sus ancianos. En efecto, son raras las formas de comunidad humana en las que los viejos han sido desdeñados o condenados al descrédito; y todas ellas han fenecido pronto. En la Antigüedad, los ancianos ocuparon siempre los puestos más encumbrados de la consideración social, como custodios de las tradiciones, depositarios de una sabiduría ancestral y espejo en el que los jóvenes deseaban contemplarse: ellos eran reyes y consejeros de reyes, sumos sacerdotes, oráculos y profetas; ellos eran patriarcas y tutores de sus respectivas familias y clanes; y se les rendía respeto y veneración, pues se reconocía en ellos un conocimiento profundo de las…
Autor: Juan Manuel de Prada
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…
Existencia de DIOS: 16 Pruebas irrefutables (e innegables)
Recopilación de 16 pruebas empíricas y científicas de la existencia de Dios. ¿Existe Dios? ¿todo ha sido creado por casualidad? La existencia de un Creador es un tema del que…
La Nueva Era, una secta de cuidado
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