Autor: José María Carrera
Durante años, «salir de la muerte en vida» fue lo único que buscó la chilena Sonia Bastías. Aquella depresión fue solo una de las múltiples consecuencias que el aborto tuvo en su vida y que hizo que el «hermoso jardín» en el que vivió hasta entonces se transformase en un sepulcro sin luz, vida ni felicidad. Ha contado a Provida Latam su vivencia del síndrome posaborto y como gracias a la Virgen de Lourdes y Proyecto Esperanza, recuperó la felicidad la dignidad para convertirse en lo que es hoy, «Sonia, amiga de Dios«.
Para Sonia, que siempre fue católica y provida, el primer encuentro que tuvo con el aborto fue para intentar evitarlo. Una amiga embarazada que iba a abortar le entregó una carta dirigida a su madre «por si pasaba algo» y le pidió que le acompañase a la clínica.
Sonia acudió con su rosario, rezando por su amiga y su hijo desde fuera de la clínica, pero nunca esperó lo…