Autor: Marta Santín
Marichu y Juan (ella tiene 29 años y él alguno más) querían ser padres jóvenes pero no se quedaban embarazados. Por lo tanto, comenzaron con varias pruebas protocolarías solicitadas por sus ginecólogos y urólogos que identificaron algunos problemas para concebir. Sin embargo, en lugar de solucionar el problema, los médicos les derivaron a la fecundación in vitro.
Como en la Seguridad Social las listas de espera son de años, acudieron a una clínica privada. El presupuesto altísimo, la hiperestimulación ovárica agotadora, las transferencias embrionarias fallidas. Hasta siete embriones transfirieron a Marichu y embarazos cero.
La FIV no te asegura un bebé
«La FIV no te asegura un bebé y tienes q pasar por un gran desgaste emocional», ha asegurado este matrimonio joven en una rueda de prensa de la clínica Fertilitas para presentar los resultados de la…