El siglo XIII señala el punto culminante de la Europa que se llamaba a sí misma Cristiandad, unidad religiosa, política y social bajo la autoridad del emperador y del papa, cohesionada por una fe común. En ese tiempo, todos los estamentos de la sociedad, desde el emperador hasta el último siervo, creían firmemente en tres cosas:
- Dios existe y gobierna el mundo mediante la ley divina.
- Dicha ley divina ha sido implantada por Dios en la conciencia de cada persona en forma de ley natural, que nos permite distinguir espontáneamente lo que está bien de lo que está mal; al mismo tiempo, ha sido también revelada en la antigua y la nueva Alianza, y plasmada en el Decálogo.
- Existe una vida después de esta, que viene condicionada por lo que en esta vida terrena se haya hecho o dejado de hacer; existe, por lo tanto, la posibilidad de un castigo eterno, como existe la de una…
Autor: redaccioninfovaticana
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