Autor: ReL
Para Tosca Ferrante, uno de los días más importantes de su vida comenzó como cualquier otro: rodeada de delincuentes, drogadictos y prostitutas en la comisaría de Tor Pignattara en Roma. Probablemente no pudo imaginar que el abrazo que le pidió un joven detenido y asustado le llevaría a encontrar la felicidad y su lugar en el mundo. Solo tenía clara una cosa: quería gastar su vida dándola a los demás y había un mejor camino que siendo policía.
Como ha explicado Tosca a Vatican News, desde niña siempre soñó con ser enfermera o profesora, algo que cambió conforme creció. Quería ser policía.
Desde 1984, finalmente pudo vestir con orgullo su uniforme, la boina, la cartuchera y el lema Sub Lege Libertas.
Mucha pobreza, vacío y maldad
Sin embargo, toda la alegría y la paz que le creía encontrar en su trabajo comenzó a tambalearse cinco años después. «A pesar de la alegría, sentía…