Las sociedades escépticas, tras perder la fe en una vida de ultratumba, caen tarde o temprano en la desesperación y el suicidio, aunque su irrisoria pretensión sea disfrutar a tope de la vida. Pues, después de los disfrutes, llegan siempre los padecimientos físicos y espirituales, que antaño se consideraban penitencias llevaderas en comparación con la bienaventuranza eterna; pero ahora los padecimientos, perdida la fe en esa bienaventuranza, se vuelven de súbito insoportables y sin sentido, y necesitan ser borrados mediante nuestra extinción física, cuanto más indolora y rápida, mejor.
Las sociedades escépticas no saben arrostrar la muerte con serena naturalidad. Así que se dedican alternativamente a adular y deprimir a las personas: mientras están sanas, la ciencia y el progreso les inspiran ideas eufóricas y engreídas, haciéndoles creer que son semidioses; en…
Autor: Juan Manuel de Prada

Continuar leyendo en: www.religionenlibertad.com
Hábitos del Padre Pío que todos los católicos podemos practicar
San Pío de Pietrelcina, más conocido como el Padre Pío, nos deja unos cuantos hábitos espirituales que necesitamos conocer para tener una vida más cercana a Dios. Continúa leyendo este…
La Nueva Era, una secta de cuidado
El reiki y la Nueva Era (New Age), se han extendido cada vez más por la sociedad buscando el bienestar físico y mental que producen. Conoce todos los detalles y…
¿Cómo rezar cuándo nos abruma las preocupaciones?
Las emociones que acompañan a las crisis son a menudo descritas como una sensación similar a olas gigantes rompiendo tú alrededor. Por eso, en sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el…



















