“Cuando morimos, somos como el agua que ya no se puede recoger una vez que se derrama en el suelo. Dios no hace volver un alma” (2 Samuel 14:14).
Redacción (29/06/2023 14:00, Gaudium Press) Hay muchas situaciones en la vida que nos avergüenzan, nos hacen sufrir y nos desaniman. Y no es raro escuchar a la gente decir: “¿Qué hice yo para merecer este castigo?”. Obviamente, esta pregunta se hace con base en la suposición de inocencia: “Soy una buena persona, una persona honesta, no lastimo a nadie, ¡no merezco sufrir tanto!”. Y la conclusión es obvia: la vida es injusta y Dios se ha olvidado de nosotros. ¿Pero es realmente así?
Los re-encarnacionistas llaman a esto la “ley de acción y reacción”, y atribuyen todos nuestros males a los efectos de otras vidas. Tendrían razón si no fueran tan lejos en buscar explicaciones, porque mucho de lo que vivimos es,…
Autor: Saúl Castiblanco

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