Estimado lector:
Hace unos días escuchaba en Misa la respuesta de Ananías cuando el Señor le manda a sanar a Saulo de Tarso. “Mira que ese tipo es peligroso, Señor, que persigue a los tuyos”.
Dios le encarga una misión y lo primero que se le ocurre a él es ponerle pegas, pensar que al Señor le falta información, que le tiene que proteger por su bien, no vaya a meter la pata con ese Saulo perseguidor de cristianos.
Me sobresalté. Qué torpes y lentos somos a la hora de decir sí cuando el Señor nos pide algo. Mejor Samuel que Ananías, ¿verdad?
Humildemente, y para no caer en la tentación de ponerle pegas al Señor, nos apresuramos todas las mañanas a levantar la persiana de Religión en Libertad y tratamos de decirle en seguida que sí.
Corremos a cumplir la misión que nos ha encomendado: publicar aquello que más y mejor puede contribuir a la…
Autor: ReL
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