Aumenta mucho la pobreza y exclusión en Barcelona y sus ciudades vecinas, mientras los políticos locales y regionales se «distraen» con otras cosas, denuncia Cáritas Diocesana de Barcelona.
En 2019 Cáritas presentó su primer informe FOESSA sobre pobreza y exclusión social en Barcelona (ReL se hizo eco aquí). Con datos de 2018, constataba 646.000 personas (1 de cada 4 habitantes de la diócesis de Barcelona) estaban en situación de exclusión social.
Las cosas han empeorado y mucho, según el nuevo informe que se ha presentado esta semana. Ahora son 885.000: el número de excluidos ha aumentado un tercio.
Miriam Feu, responsable de Análisis Social e Incidencia y del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas Diocesana de Barcelona, al presentar los datos del informe FOESSA 2021 para Barcelona, explica que «la exclusión social en la diócesis de Barcelona se sitúa 3 puntos por encima de la de Cataluña (29,10%) y casi 9 puntos por encima de la del conjunto de España (23,4%). El dato es preocupante. Significa que 1 de cada 3 personas de la diócesis queda excluida de la sociedad».
El informe se ha elaborado a partir de 1.800 encuestas y fijándose en 37 indicadores de exclusión (ingresos, empleo, vivienda, accesos a servicios, etc…).
El sacerdote Josep Matías, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Barcelona, ha pedido a políticos y sindicatos que prioricen este tema y dejen de lado otros asuntos (quizá una alusión velada al esfuerzo que los políticos dedican al ‘procés’ independentista, y quizá también a otros temas ideológicos con los que llenan marquesinas, cartelería y programas de televisión… o los prohíben).
«Es necesario que los gobernantes aborden este problema y no nos distraigan ni se distraigan con temas secundarios. Hacer visibles a los más vulnerables con datos objetivos y rigurosos es un primer paso para tratar de cambiar la realidad en la que vivimos, pero, ante la pandemia de la desigualdad, debemos ser atrevidos, valientes e inconformistas», ha indicado el sacerdote.
El padre Matías ha reclamado a gobernantes, sindicatos y agentes sociales un gran pacto para frenar la pobreza.
Presentación en 2022 de los datos de FOESSA Cáritas para la diócesis de Barcelona… crece en un tercio el número de excluidos, y los políticos y sindicatos se dedican a otras cosas.
Lluvia de datos desastrosos
Algunos indicadores del territorio metropolitano de Barcelona:
– 97.000 hogares tienen todos sus miembros activos en paro,
– 167.000 hogares se encuentran en inestabilidad laboral grave,
– 77.000 hogares no disponen de ningún ingreso periódico,
– 1 millón de personas viven en exclusión residencial. Un 26% de la población (725.000 personas) quedan en pobreza severa una vez han pagado su gasto de vivienda y suministros del mes. «No saben si el próximo mes podrán pagar todos los gastos del hogar o si más adelante les subirán el alquiler. Es muy complicado construir una vida en estas condiciones»,
– En solo 3 años, las personas con un trastorno mental diagnosticado han aumentado 9 puntos porcentuales, afectando a un 17% de la población.
– más de 140.000 hogares no tienen acceso a medicamentos por problemas económicos
– 33.000 familias en las que viven 118.000 personas afirman haber pasado hambre en los últimos 10 años con frecuencia, o la pasan ahora
– el 40% de los hogares con niños y adolescentes está en exclusión social… y el 80% de las familias sin hijos
– en los hogares monoparentales y las familias numerosas hay aún más exclusión: 1 de cada 2 la sufren
– casi la mitad de los hogares con menores tienen dificultad para llegar a fin de mes
– un 36% de familias ha tenido que reducir los gastos en alimentación, y un 52% los gastos en vestido y calzado
– el 26% de familias han tenido impagos relacionados con la vivienda.
El director de Cáritas Diocesana de Barcelona, Salvador Busquets, pide «evitar que estas nuevas situaciones de vulnerabilidad se transformen en crónicas».
Para ello, pide «políticas públicas decididas y enfocadas a reducir la exclusión social». Asegura que los mecanismos para compensar la pobreza severa no llegan a los que lo necesitan. Así, afirma que la ayuda de Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) sólo llega al 28% de la población catalana en pobreza severa, y el Ingreso Mínimo Vital al 11,8% de la población con pobreza severa en el área diocesana de Barcelona.
El contexto: zona metropolitana rica, alcaldes del PSC
Barcelona es una ciudad rica, de una región rica, de un país europeo del Primer Mundo, que tiene industria y cultura. Su alcaldesa, Ada Colau, antigua activista «por la vivienda digna», lleva gobernando desde 2015. Su Ayuntamiento no es pobre ni pequeño: atiende a 1,6 millones de habitantes e ingresa 3.000 millones de euros al año vía impuestos. En las elecciones municipales de 2019, Colau sólo obtuvo un 20% de los votos, pero fue reelegida por el apoyo de los concejales del Partido Socialista y 3 del grupo de Manuel Valls.
Otros ayuntamientos grandes de la diócesis son L’Hospitalet (260.000 habitantes, alcaldesa Núria Marin desde 2008, del PSC), Santa Coloma de Gramanet (118.000 habitantes, alcaldesa Núria Parlón, del PSC, desde 2009) y Cornellá (87.000 vecinos, alcalde Antonio Balmón desde 2004, del PSC).
(Otras grandes ciudades como Tarrasa, Sabadell o Sant Feliu pertenecen a otras diócesis y no se cubren en este informe sobre exclusión en el territorio diocesano de Barcelona).
Acto completo de presentación del informe (casi 4 horas, en catalán)