Autor: ReL
Durante décadas, Ana Parragués sufrió abusos psicológicos y malos tratos de forma ininterrumpida. Cayó en «el más profundo de los agujeros negros», pero siempre había «algo» que impedía que el golpe fuese definitivo.
Nunca había oído hablar de Dios hasta que llegaron dos nombres a sus oídos, el de una parroquia y el de un popular sacerdote. Estaba cerca de vivir «la experiencia más grande» de su vida.
Ana ha detallado al programa de testimonios de Mater Mundi que desde que nació no solo se vio privada de conocer la fe, sino que también sufrió el acoso escolar sin tener nada ni nadie en quién apoyarse. Aquello definiría el resto de su vida.
Recuerda que dos problemas agravaban su situación: «Sentía tanta vergüenza que no era capaz de contárselo a mis padres, pero tampoco tenía nada a lo que recurrir, un dios o algo que pudiera ayudarme».
Los maltratos en la escuela hicieron de…